Tan sólo 15 días después de irse el abu al Cielo, te vas tú. Todos me dicen que echabas de menos al abuelito.
También estaba yo contigo, era una noche durmiendo contigo en el hospital, y una máquina pitaba y me avisaba de que ya te habías ido.
El funeral del abuelo se celebró el Día de los abuelos, (San Joaquín y Santa Ana, abuelos del niño Jesús) y el tuyo el día Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Qué días tan especiales!
También en la hora habéis sido precisos. El abu se fue al Cielo a las 3 y 20 de la tarde, y tú a las 3 y 20 de la mañana.
Me da mucha paz imaginarte llegando al Cielo como una novia. El abuelo te habrá recibido el primero en la puerta, con su típica cara de enamorado cuando te mira. Y como siempre, te habrá ofrecido su brazo para que te agarres a él y no te caigas. Y te imagino radiante, como tú eres, perfecta. Con esa sonrisa que mueve montañas.
En el hospital las enfermeras te decían: "Tere, abre la boca". Y al ver tus dientes, decían "¡Menuda dentadura tienes!" Y tú les decías "Son todos míos!". Pues eso abuelita, que tu sonrisa es preciosa.
Me imagino al papá contento de volver a ver a sus suegros que tanto lo mimaban. Tú siempre me decías: "Qué guapo era tu padre, qué buen chico, qué enamorado estaba de tu madre, cómo le gustaba cuando yo le preparaba pimientitos, higadito con cebollita... Me decía: Tere, esto está buenísimo!" Y me decías que lo querías mucho y se te ponía una cara de buenos recuerdos...
Dale de mi parte un abrazo gigante y cuidadnos desde allí.
Abuelita, no sólo eres radiante, sino que también me has enseñado mucho. Con varios ictus fuertes, has pasado por muchos golpes fuertes como estar un mes en coma y sobrevivir, sin un riñón, una operación de un quiste enorme, mil problemas de corazón, marcapasos, dolores de diverticulitis, siempre con un gran cansancio, sangrados, debilidad. Pero nunca se te oía quejarte. Siempre nos has enseñado tu lema, que ya se lo han aprendido todas mis amigas: "A respirar y para delante".
Todos me dicen siempre lo fuerte que eres. ¡Qué fuerte es tu abuela Tere!
Y es que la fuerza se realiza en la debilidad, y tú eres el mejor ejemplo.
Nada de todo lo que pasaba te acobardaba ni tenías miedo. Viniera lo que viniera, te lo tomabas siempre de forma positiva. Incluso cuando te dimos la noticia del abuelo, con todo el dolor de tu corazón, cerraste los ojos, respiraste fuerte y dijiste "Señor ayúdanos "
Abuelita, gracias por enseñarnos a ser fuertes. Ojalá podamos serlo tanto como tú.
¿Te cuento un secreto? Cuando mis amigas venían a vernos al hospital, todas me decían lo mismo:
"Qué guapa es tu abuela Tere. Es increíble que después de todo lo que le está pasando, nunca se queje. Siempre dice "qué buena está el agua, cuánto me cuidais, gracias por esto y por lo otro, qué fresquito cuando me abanicas, qué bien! No se queja de su situación, siempre está dando gracias, es increíble, es súper bonica."
Abuelita, hasta las enfermeras se quedaban enamoradas de ti. Y cuando se iban las visitas, les decías "Gracias de todo corazón", y entonces se iban con una sonrisa enorme y contigo dentro de su corazón"
Recuerdo a la enfermera Francín llorando cuando se murió el abuelo porque os había cogido mucho cariño en esos días. Acaba de llamar por teléfono a la mamá porque se ha enterado de tu partida y quería darnos el pésame porque te había cogido mucho cariño y estaba muy afectada.
Cuando te cuidábamos en el hospital nos decías "Cuánto os quiero, qué cuidadores más buenos tengo. No quiero ser una carga, quiero que podáis veranear. Gracias por estar conmigo"
Y yo te decía: "No abuela, no eres una carga, gracias a ti por ser tan buena y enseñarnos tanto"
Y cuando la gente te preguntaba por nosotros, tú decías orgullosa: "Tengo tres nietos como tres soles. Y una hija que también es un Sol"
Es que eres tan buena abuela... Te recuerdo por casa, siempre haciendo tus quehaceres, nunca rindiéndote ante tus enfermedades. Siempre trabajadora y luchadora. Siempre sirviendo, siempre.
Nos llamabas por teléfono a casa, y yo preguntaba: ¿Quién es? Y tú decías: Soy la pesada de la abuela 😂
El otro día Conchi, (que es la mujer que limpia en mi casa y en casa de mis abuelos) que tantos años la conocemos, vino a verte al hospital y se quedó un rato conmigo. ¿Y sabes lo que me dijo? Me dijo: "Te voy a decir una cosa. Yo limpio y he limpiado en muchas casas. Pero como en la de tus abuelos ninguna. Tus abuelos son especiales. Me tratan como una más, con muchísimo cariño. Tu abuela me dice "Conchi, no te canses, siéntate, ¿Te encuentras bien? Te preparo una manzanilla." Si me dejaba algo en su casa me llamaba por teléfono y me decía "Conchi, te has dejado esto en mi casa". Siempre ha sido muy atenta conmigo. Cuántas atenciones me daban tus abuelos, les tengo tanto cariño... De verdad te lo digo, y no porque estén así, tienes unos abuelos maravillosos..."
Siempre has sido tan detallista! Te recuerdo acompañándote al hospital a tus múltiples revisiones. Y una en concreto, en la que le regalabas a un médico una cosa muy especial, y le decías: "gracias de todo corazón por salvarme la vida".
Yo veía en la cara de las enfermeras su alegría al verte: Ahí está Teresa 😍
Y se notaban tus enchufes de amor, porque siempre nos pasaban antes y nos daban un trato especial.
Cuando te dio el ictus en el hospital, te estabas desmayando y una médico te cogió y te metió dentro de su consulta. Cuando acudimos, me dijo: No suelo hacer esto de normal, pero he visto a tu abuela que es una mujer tan mona y tan educada que he querido ayudarla rápidamente.
Mi abueli, cuando llegaba a tu casa te gritaba con alegría: Abueliiiiiiiiiii !
Y tú me respondías: Nietiiiiiiiii ! ❤❤❤❤
Cómo nos reíamos contigo mis hermanos y yo en el pueblo, saliendo a pasear, cocinando, tomando el Sol en la terraza. Cómo nos acordamos de tus enseñanzas "Respetar y ser respetado es lo más bonito" "No hay que abusar, todo en su justa medida" "Dos no discuten si uno no quiere"
A ti no te gustaban los chistes bestias, pero cuando los contaba Pablo, hasta llorabas de la risa. No podías parar de reír en la comida, y decías "Este chico, tiene unas salidas" 😂
Te recuerdo siempre sirviendo a los demás con amor. "Irene, ¿Tienes frío? ¿te traigo una mantita? ¿Necesitas que te cosa algún vestido? ¿Qué queréis que os cocine este domingo? En cuanto salgas del examen nos cuentas al abuelo y a mí qué tal.
Poder haberte servido ahora yo a ti en la etapa final de tu vida ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. Poder darte la comida, cucharada a cucharada, poder ponerte la manita en alto, poder hacer los ejercicios de rehabilitación contigo. Gracias abueli.
Mi abueli, no sabes lo que me duele pensar que ahora tu casa está cerrada y que no hay nadie dentro, y me duele pensar que este domingo no habrá comida familiar con vosotros y que no la habrá más.
Hace nada yo te estaba riñendo porque habías salido sola a la Farmacia: ¡Pero abuela! ¡Cómo se te ocurre ir sola! ¡Que te puedes caer! Y tú me decías: Es que no os he querido molestar...
Cómo nos conoces, cuando hacías arroz caldoso, con sus judías verdes y su pollito, me mirabas de reojo y decías "Este plato le gusta mucho a Irene"
Abueli, tu arroz caldoso con limoncito es lo mejor que he probado. Gracias por enseñarnos tus truquis de cocina.
Cuando me decías: Anoche el abuelo y yo bailamos en el salón. Y me ha dicho que me quiere con todo su corazón.
En el hospital, cuando estabais en habitaciones separadas, le dije al abuelo que te grabara un audio. Y tú lo escuchaste súper emocionada, y lo estoy escuchando ahora mismo y dice:
"Hola cariño, buenos días, ¿Cómo estás? tengo ganas de verte ya, no sé ya cuántos días llevo sin verte, ¿Tres días? Pues son muchos días. ¿Sabes que te quiero? ¿Que te quiero con todo mi corazón? Cuídate mucho, que como me faltes tú, la hemos fastidiado. Así que ya lo sabes, procura ser buena chica y acordarte mucho de mí. Que yo no hago más que pensar en ti, todo el día pensando en ti, de verdad. Te quiero cariño, amor mío, no puedo vivir sin ti. Luego nos veremos, hasta luego"
Gracias abuela por haber querido tanto al abuelo y haber hecho que tenga un matrimonio y una vida muy feliz.
Tú siempre me contabas que ya estabas para vestir santos, y te fuiste con una amiga a pedirle un novio a San Antonio. Y pronto apareció el abuelo, y estuvisteis hablando por carta hasta que por fin él dejó Navarra y se vino a vivir a Valencia. Y él te decía que Valencia tenía una luz muy especial, que es una ciudad luminosa.
Mi abueli, cuando te abrazo es como abrazar a un pajarito, delgadito pero muy suave.
Abueli, cuídame desde el Cielo, sé que lo harás porque eres muy atenta y muy bonita. Si fuera por ti, desde allí me mandarías manzanillas cada vez que me duela la barriga. Te quiero mucho mucho mucho. Vosotros me devolvisteis la infancia que perdí cuando papá se fue al Cielo. Te quiero abueli,
Tu nieti Irene ❤
Irene Vila ✨
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Hola Irene, soy de nuevo tu tío Miguel. Qué bonita carta. Seguro que tus abuelos están felices de leerla desde el cielo y se sienten muy orgullosos. Un abrazo fuerte desde Colombia para todos.
ResponderEliminarGracias tío, no te olvides de darles un abrazo a todos en Colombia de nuestra parte ❤❤❤
EliminarQue linda declaración de amor Irene!
ResponderEliminarLo siento por la partida de tus abuelos!
Ya está explicado...con quien se asemejas. .. tu forma de ser, de hablar, transmiti mucho cariño, amor y apesar de no conocerte en persona, eres muy grande!
Tus abuelos en el cielo estarán muy contentos con que se ha convertido su nieta!
Muchas gracias Josy, un abrazo!! 😊😊😊
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